lunes, 26 de octubre de 2015

Conociendo a desconocidos II

-Coche 3.
Este fue mi favorito. Viajábamos una pareja, un chico y yo. El chico iba hacia... ¿Ávila? Bueno si, iba a hacia un sitio porque iba a hacer las pruebas físicas para entrar a policía nacional. Y aunque este sitio le pillara lejos iba porque el otro sitio donde podía hacerse en España era en Mallorca y eso ya le pillaba más lejillos. También era unos años mayor que yo, vivía con su pareja y había estudiado derecho. En sus ratos libres era árbitro y estuvo bastante rato explicándome como funcionaba eso del arbitraje. Desgraciadamente no tengo ningún dato interesante acerca del arbitraje porque de hecho, en sí, no es interesante. Lo que sí es que se viaja mucho y no hace falta ser bueno jugando al fútbol para arbitrar. Estuve hablando con este chico la mayor parte del viaje.
Y ahora viene la parte en la que explico por qué fue mi viaje favorito.
La pareja que iba con nosotros era una pareja de mexicanos. Habían venido desde México hasta Europa porque querían hacer un viaje para conocerla. Nos contaron que cuando llegaron a España les dijeron que no podían irse sin visitar Andalucía, lo que efectivamente hicieron. Visitaron Sevilla, Córdoba y Granada, y ahora se dirigían a Toledo. Estaban encantados con la Giralda, las tapas de Granada y más que encantados, sorprendidos, con el calor de Córdoba. Estuvimos hablando un buen rato de las diferencias entre un país y otro, y tenían bastante curiosidad por saber qué era lo que pensábamos en primer lugar cuando oíamos "México". He de reconocer que aquí se notó que era la menor y la más inocente del coche, porque lo primero que respondía fue "telenovelas y comida". Bien por mi, Paula. El otro muchacho fue más coherente y habló sobre el crimen, la seguridad en las calles, la droga... Quizá es que a mi me gusta ver más el lado bueno de los sitios, como lo son los dramas de después de comer y los tacos. ¿Sabíais que lo de los nombres compuestos como Augusto Eduardo y Sara Patricia son una farsa y la gente no se llama de verdad así? Pues yo no, pero ahora sí. Sea como fuere, todo es muy diferente entre aquí y allí. Por ejemplo, ellos decían que se sorprendían cuando se acercaban quizá a un grupo de niños en un parque para preguntarles algo, y estos, muy lejos de huir, se acercaban y les hablaban de lo que fuese. Allí los niños corren nada más ver acercarse a un desconocido porque los secuestros están a la orden del día (véase el Fuego de la Venganza). También nos hablaron que se sorprendieron cuando una noche, al quedar con un par de chicas que habían conocido por Amovens, después de tomarse algo para cenar, éstas se fueron a su casa solas, en bicicleta, a las 1 de la mañana. Decían que eso es totalmente impensable en México, que mujeres vuelvan solas a su casa y además tan tarde. Además, el rollo este de Amovens (aunque a ellos les parecía una aplicación asombrosamente útil) decían que era totalmente imposible llevarlo a cabo allí en su país, por la mala gente que allí había. Suerte tendrías si sólo te secuestraban. Sin embargo, tienen una cosa que es parecida pero no. Se trata como un servicio de taxis privados (allí los taxis también son cuestionables y además una pasta) en los que tu das de alta tu vehículo y aceptas llevar a gente desconocida a sitios, como un taxi vaya. Son coches registrados, te dan un placa, tu carnet, lo que sea. Y pa' lante ¿nooo?
También nos hablaron de su vida personal, de como él había dejado su trabajo después de ahorrar para hacer el viaje porque no quería ver atada su vida a una empresa que no lo iba a remunerar cuando lo echaran. Allí no existe la paga que te dan en la jubilación. Actualmente habían montado ellos dos un negocio juntos.
Y esto es un pequeño resumen de 1 hora de viaje sin parar de hablar.

-Coche 4.
Fue el más silencioso y aburrido viaje que he hecho, pero que secretamente me encantó. No crucé palabra con nadie, más allá de "Hola" y "Adiós". Era de noche y me senté en la parte trasera del coche, y en la penumbra solitaria pasé el viaje, enfrascada en mis pensamientos y divagaciones. Vagamente escuché lo que hablaban delante (una chica y un hombre). Sobre la carretera, sobre el LAC de Granada, sobre el trabajo... En definitiva, que estoy bastante a gusto cuando no tengo que jugar a ser sociable.


Y cuando viaje otra vez, más.

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